El caso de Mali concentra las mayores expectativas —y también las mayores decepciones— de Marruecos. Desde el derrocamiento de Ibrahim Boubacar Keïta en agosto de 2020, el reino cherifiano ha multiplicado los gestos hacia Assimi Goïta, intentando convertirlo en un socio estratégico en el Sahel. Rabat ha observado con interés el deterioro de las relaciones entre Bamako y Argel, esperando que ello abriera la vía a un realineamiento maliense favorable a su posición sobre el Sáhara Occidental.
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Marruecos ha intentado estrechar relaciones con las juntas militares de Mali, Burkina Faso y Níger —los países que integran la Alianza de Estados del Sahel (AES)— con la esperanza de obtener su apoyo al reconocimiento de la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental. Sin embargo, estos esfuerzos no han dado resultados.
Pese a las tensiones entre Mali y Argelia, el líder maliense Assimi Goïta ha rechazado alinearse con Rabat en este asunto, señalando que el conflicto del Sáhara Occidental excede los intereses de su país. Una postura similar mantienen los dirigentes de Burkina Faso e Níger, quienes tampoco han modificado su posición tradicional.
Aunque Marruecos se ha convertido en uno de los pocos actores externos con diálogo constante con las juntas sahelianas y ha impulsado iniciativas políticas y de seguridad para fortalecer sus vínculos, no ha logrado avances en su objetivo diplomático central. Aun así, Rabat busca mantener esta estrategia y planea invitar a los gobiernos de la AES a un próximo encuentro internacional sobre víctimas del terrorismo, con el fin de reforzar su influencia y crear espacios de diálogo con países occidentales.
Más detalles en el siguiente artículo de Africa Intelligence:
Sáhara Occidental: el escaso retorno de la inversión de Rabat con las juntas sahelianas
Aunque se ha convertido en un socio preferente para los regímenes militares de la AES, la diplomacia marroquí no ha obtenido, por el momento, ningún gesto concreto de su parte a favor de una reconocimiento de su soberanía sobre el territorio disputado.
Es uno de los pocos expedientes en los que la diplomacia marroquí tropieza frente a las juntas de la Alianza de Estados del Sahel (AES). A pesar de un acercamiento sostenido con Bamako, Uagadugú y Niamey, ninguno de los tres regímenes ha modificado hasta la fecha su posición sobre el territorio disputado del Sáhara Occidental.
El caso de Mali concentra las mayores expectativas —y también las mayores decepciones— de Marruecos. Desde el derrocamiento de Ibrahim Boubacar Keïta en agosto de 2020, el reino cherifiano ha multiplicado los gestos hacia Assimi Goïta, intentando convertirlo en un socio estratégico en el Sahel. Rabat ha observado con interés el deterioro de las relaciones entre Bamako y Argel, esperando que ello abriera la vía a un realineamiento maliense favorable a su posición sobre el Sáhara Occidental.
Pero el cálculo resultó infructuoso. A pesar de sus tensiones con Abdelmadjid Tebboune, Assimi Goïta ha reafirmado a varios interlocutores su voluntad de no reconocer la soberanía marroquí sobre el territorio disputado. El jefe de la junta, debilitado por la situación interna, prefiere no implicarse en un conflicto que, según él, supera los intereses de su país.
Iniciativas políticas y de seguridad
En Niamey como en Uagadugú, también prevalece la prudencia. Ni el general Abdourahamane Tchiani ni el capitán Ibrahim Traoré han cuestionado la línea tradicional de sus países. Ninguno de los tres miembros de la AES figura entre la cincuentena de Estados que han reconocido la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental.
Este statu quo constituye un medio fracaso para la diplomacia marroquí, que sin embargo se ha impuesto como uno de los pocos socios externos que mantiene un diálogo constante con las tres juntas sahelianas. Rabat ha multiplicado las iniciativas políticas y de seguridad, posicionándose en varias mediaciones regionales y ofreciendo a los regímenes de Bamako, Niamey y Uagadugú una alternativa diplomática a las capitales occidentales.
No obstante, Marruecos pretende continuar con esta estrategia de fortalecimiento de las relaciones con las juntas sahelianas. A comienzos de diciembre, prevé invitar a los tres países de la AES a la Conferencia sobre las víctimas africanas del terrorismo, organizada en Rabat (AI, 20/10/2025). Un encuentro que el reino espera transformar en una plataforma de diálogo entre esas naciones y algunas capitales occidentales.
Fuente : Africa Intelligence, 13/11/2025
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