-Los Estados Unidos se convierten en el arquitecto político del proceso. El Consejo agradece explícitamente a Washington su disposición a albergar las negociaciones. Los estadounidenses ya no son solo un actor influyente: se convierten en coproductores del marco final.
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por Tewfik Hamel, Dr. Historia militar – Docente-Investigador-Consultor-Formador
Aquí está lo esencial para recordar:
El Consejo de Seguridad cambia el marco del conflicto. Ya no estamos en el « referéndum de autodeterminación con posibilidad de independencia », sino en la « solución política negociada ». El plan marroquí se convierte en la base oficial de las negociaciones. La resolución dice que las discusiones deben realizarse « sobre la base de la Iniciativa marroquí de autonomía (2007) ». Esta es una victoria diplomática importante para Rabat.
-La autonomía bajo soberanía marroquí se presenta como la solución más realista. El texto afirma que la « auténtica autonomía bajo soberanía marroquí » es la vía más viable. Es la primera vez que este grado de lenguaje aparece tan claramente en una resolución de este nivel.
–El concepto de autodeterminación se redefine. Se mantiene la palabra « autodeterminación », pero se vacía de su sentido clásico (posibilidad de independencia) para reformularla como « autonomía interna realista bajo soberanía marroquí ».
–El referéndum ya no se menciona como la salida central. La MINURSO se prorroga hasta 2026, pero la resolución ya no reafirma la organización de un referéndum de independencia. Incluso se pide una « revisión estratégica » del futuro papel de la MINURSO.
-Los Estados Unidos se convierten en el arquitecto político del proceso. El Consejo agradece explícitamente a Washington su disposición a albergar las negociaciones. Los estadounidenses ya no son solo un actor influyente: se convierten en coproductores del marco final.
–El Polisario está debilitado pero no eliminado. Sigue siendo reconocido como « parte » en las negociaciones. No es declarado ilegítimo. Pero es arrinconado: o viene a discutir una autonomía marroquí, o corre el riesgo de ser descrito como el obstáculo para la paz.
–El Consejo no reconoce formalmente la soberanía marroquí. Muy importante: la resolución no dice « el Sáhara es marroquí ». Jurídicamente, el estatus final del territorio sigue sin resolverse. Por lo tanto, el Polisario todavía conserva una base legal internacional para existir políticamente.
–Argelia alerta sobre el precedente. Argel dice: si la ONU valida la « anexión + autonomía interna » como solución aceptable, esto se convierte en un modelo exportable a otros lugares, en contra del principio clásico de descolonización.
–El tiempo juega en contra del Polisario. Marruecos consolida su narrativa (« estabilidad, desarrollo, autonomía realista »), apoyado por grandes potencias. El desafío del Polisario se convierte en: seguir siendo creíble a ojos de los saharauis y del mundo sin ser relegado al papel de oposición interna marginal.
-El Consejo empuja claramente hacia una normalización bajo soberanía marroquí, sin llegar a reconocer jurídicamente esta soberanía. El Polisario no ha muerto, pero el centro de gravedad diplomático mundial ya no está de su lado.
Cómo interpretar la posición de Rusia y China
a) No votan A FAVOR de la resolución
La resolución fue adoptada con 11 votos a favor. Rusia, China y Pakistán se abstuvieron. Nadie votó en contra. Argelia no participó en la votación.
En la práctica en la ONU:
- Votar « a favor » = apoyo políticamente la línea del texto.
- Poner un veto = bloqueo completamente el texto.
- Abstenerse = marco un desacuerdo, pero no bloqueo.
Por lo tanto: Rusia + China expresaron un desacuerdo… pero dejaron pasar el texto americano.
Podrían haberlo bloqueado: son miembros permanentes del Consejo de Seguridad, tienen derecho de veto. No lo usaron. Esta es la información estratégica.
b) ¿Cuál es su problema con el texto?
Rusia lo ha dicho explícitamente:
- Considera el texto « desequilibrado », demasiado alineado con la posición estadounidense y marroquí;
- Dice que se aleja del « método tradicional del Consejo », es decir, un enfoque más neutral que mantenga claramente la opción del referéndum y del derecho del pueblo saharaui a la autodeterminación;
- Acusa a los Estados Unidos de utilizar el Consejo para imponer su propia lectura política del conflicto. (Subtexto ruso: « Washington está transformando la ONU en una cámara de registro de sus acuerdos regionales »).
China también se abstuvo. No se alineó con Washington. No votó « sí ». ¿Por qué?
Pekín está tradicionalmente muy apegada en su lenguaje diplomático a la idea de soberanía territorial de los Estados (esto le conviene en Xinjiang, Tíbet, Taiwán).
Pero atención: China también es prudente con cualquier resolución que pueda aparecer como una legitimación de un « hecho consumado territorial » (anexión + autonomía interna), porque este tipo de modelo, utilizado en otros lugares, podría también servir contra sus aliados o, un día, contra ella.
En resumen: Pekín no quiere crear una jurisprudencia demasiado clara sobre « enterramos el referéndum, solo validamos la autonomía bajo soberanía », porque este precedente se vuelve exportable a otros conflictos de secesión/anexión.
Así, Rusia y China tienen el mismo mensaje oficial: « El texto es demasiado pro-Marruecos/pro-EE. UU., no es lo suficientemente equilibrado, no es lo suficientemente fiel al lenguaje histórico del Consejo sobre la autodeterminación saharaui ».
c) Pero, ¿por qué no hubo veto entonces?
Este es el punto delicado.
En teoría, Moscú o Pekín podían anular la resolución oponiendo su veto. No lo hicieron. Resultado: la resolución pasa, y pasa con el lenguaje que quieren los Estados Unidos y Francia (autonomía marroquí = solución más realista).
¿Por qué lo dejaron pasar?
Hay varias razones posibles (que se combinan):
–Prioridades Estratégicas. Ni Rusia ni China quieren iniciar una crisis frontal con Marruecos. Rabat se ha convertido, para ambos, en un socio útil en África, en el mundo árabe y en los foros del Sur global. No quieren enemistarse con él por un texto en el que su interés vital directo no está comprometido.
–Equilibrio con Argelia sin llegar a un choque global. Ambos tienen vínculos importantes con Argelia: defensa (Rusia), energía, diplomacia del Sur global, BRICS ampliados, etc. La abstención les permite decirle a Argel:
« Marcamos nuestro desacuerdo y nos desmarcamos del eje pro-Marruecos/pro-EE. UU. (porque nos abstenemos), pero no bloqueamos a Marruecos frontalmente (porque no vetamos), manteniendo así la relación con Rabat. »
–Gestión del paquete diplomático estadounidense. El texto final fue « suavizado » para evitar un veto ruso o chino: se reintrodujeron referencias al derecho a la autodeterminación del pueblo del Sáhara Occidental, mientras que las versiones iniciales eran aún más pro-marroquíes. Claramente, Moscú y Pekín ya obtuvieron concesiones en el texto antes de la votación. Por lo tanto, consideran que pueden conformarse con la abstención.
Así pues: Rusia/China siguen una línea de « desaprobamos el enfoque estadounidense, pero no vamos a hacer explotar la resolución, porque ya hemos atenuado el texto, y no queremos encontrarnos solos protegiendo una línea dura pro-Polisario contra el resto del Consejo. »
2. ¿Es esto una traición a Argelia?
Hay que ser precisos aquí.
Si nos situamos desde el punto de vista argelino más duro, el que dice:
- « El Sáhara Occidental es un caso clásico de descolonización incompleta »;
- « La ONU debe garantizar un referéndum que incluya la independencia »;
- « Cualquier marco que imponga la autonomía marroquí es inaceptable »;
Entonces, sí, la abstención rusa y china puede vivirse como una decepción estratégica importante, incluso como una semitraición simbólica.
¿Por qué? Porque Argelia podía esperar que Moscú o Pekín ejercieran un veto puro y simple, lo que habría impedido que el Consejo adoptara una resolución que consagra la autonomía marroquí como la « solución más realista » y que relega la opción de independencia al silencio. Ese veto no llegó. La resolución fue aprobada. Por lo tanto, desde el punto de vista de Argel, Moscú y Pekín permitieron que pasara un texto que cambia las reglas del juego a favor de Marruecos.
Pero. Un matiz muy importante:
Rusia y China no se han pasado « al lado de Marruecos » oficialmente. No votaron sí. No aplaudieron la autonomía marroquí como « única base ». Dijeron: nos abstenemos, tenemos reservas, el texto está desequilibrado. Por lo tanto, mantienen una postura:
- Envían una señal a Argel, sin cortar el vínculo: La abstención es un mensaje a Argelia: « No estamos de acuerdo con esta línea dura de Washington, pero no la bloquearemos por ti. »
- Moscú, sobre todo, ya ha utilizado el Consejo de Seguridad para bloquear otras resoluciones occidentales en asuntos que considera vitales (Ucrania, Siria, etc.). El Sáhara Occidental no es vital en la misma medida para ella. Por lo tanto, llega hasta la abstención (señal política), pero no hasta el veto (acto frontal).
Así, visto desde Moscú/Pekín:
No es una traición, es realismo: protegemos nuestros intereses sin quemar capital diplomático en un asunto en el que nuestro interés vital no está comprometido.
Visto desde Argel:
Es una media traición funcional. Porque Argelia se encuentra relativamente sola defendiendo, hasta el final, la tesis de la autodeterminación « clásica ». Y la ONU acaba de adoptar —gracias a la ausencia de veto ruso/chino— una resolución que ancla la narrativa marroquí como marco por defecto.
3. Frase corta para resumirlo
- Rusia y China frenaron, pero no bloquearon. Obtuvieron un texto un poco menos brutalmente pro-marroquí (reintroducción de la palabra « autodeterminación »), y luego se abstuvieron para mostrar su desacuerdo. No ejercieron su veto.
- Envían una señal doble: « No aceptamos totalmente la versión estadounidense… pero tampoco vamos a ofrecer a Argelia un veto geopolítico gratuito contra Marruecos y contra Washington/París. »
- Para Argelia, políticamente, es un revés. Argel habría querido que sus socios estratégicos (Moscú, Pekín) impidieran que la ONU validara que « la autonomía bajo soberanía marroquí es la solución más realista ». No lo hicieron. Resultado: esta narrativa entra en una resolución del Consejo de Seguridad sin ser bloqueada.
- Moscú y Pekín antepusieron sus prioridades globales a la defensa integral de la línea argelina. Pero « traición » es demasiado simple, porque no se pasaron oficialmente a ser pro-Marruecos; simplemente eligieron no sacrificarse para llegar hasta el final de la posición argelina.
Análisis de la resolución
1. El núcleo del mensaje: la ONU valida un cambio de paradigma
Este texto marca una ruptura con respecto al enfoque histórico del asunto del Sáhara Occidental.
- Durante los años 1991-principios de los 2000, la referencia central era: alto el fuego + MINURSO = organización de un referéndum de autodeterminación que incluía la opción de independencia.
Aquí, este esquema desaparece completamente.
En su lugar:
- El Consejo “reafirma su compromiso” con una “solución política justa, duradera y mutuamente aceptable”;
- Dice que esta solución debe estar “basada en el compromiso”;
- Y sobre todo, afirma que “una autonomía real bajo soberanía marroquí constituye la solución más realista y factible”.
Por lo tanto, la ONU ya no habla de una elección abierta donde la independencia es una posible salida; tiende a consagrar la autonomía interna como el horizonte de salida.
Esto es fundamental. Es lo que Rabat ha buscado durante años, y lo que el Polisario y Argelia consideran una desnaturalización del derecho a la autodeterminación.
2. La expresión “autodeterminación… de manera realista”
El párrafo operativo 3 dice, en esencia:
- Las negociaciones deben buscar una solución final que “asegure la autodeterminación del pueblo del Sáhara Occidental de una manera realista”;
- Y reconoce que la “auténtica autonomía bajo soberanía marroquí” podría ser el resultado más factible.
Este es el punto donde el texto realiza su trabajo jurídico y retórico más sofisticado.
¿Por qué? Porque redefine el contenido mismo del principio de autodeterminación.
- Tradicionalmente: autodeterminación = derecho de un pueblo no autónomo a elegir libremente su estatus internacional (incluida la independencia).
- Aquí: autodeterminación = ejercicio interno, a través de una autonomía sustancial, dentro de la soberanía marroquí.
En otras palabras: no se niega la palabra “autodeterminación”, pero se la desplaza del terreno externo (elección del estatus internacional) al terreno interno (modalidades de gobernanza local).
Este es exactamente el punto que los opositores calificarán de “captación semántica”: se mantiene el vocabulario de la ONU (principio sagrado), pero se modifica su contenido operativo.
3. El plan marroquí de 2007 se convierte en “la base”
El Consejo de Seguridad no se limita a decir “tomamos nota del plan marroquí”. Va mucho más allá:
- “Toma nota del apoyo expresado por numerosos Estados miembros” al plan marroquí de autonomía (abril de 2007).
- Luego, en los párrafos operativos, dice explícitamente que las negociaciones deben estar “basadas en la Iniciativa de Autonomía de Marruecos” (based on Morocco’s Autonomy Initiative).
- Alienta a las partes a formular “propuestas constructivas” en respuesta a esta iniciativa.
Esto no es neutro.
- Jurídicamente, es muy fuerte: El Consejo de Seguridad —no solo un Estado miembro— inscribe en una resolución que las conversaciones deben llevarse a cabo “sobre la base” de una propuesta unilateral presentada por una de las partes (Marruecos). No hay un equivalente simétrico que mencione, por ejemplo, un “plan del Polisario” o la opción “referéndum con independencia”.
- Políticamente, produce un efecto de jerarquía:
- El proyecto marroquí se convierte en la matriz de la negociación;
- Se invita al Polisario a reaccionar a esta matriz, no a imponer la suya.
Para Rabat, es un reconocimiento internacional de la centralidad de su oferta. Para el Polisario, es una marginación de su propio proyecto histórico (independencia plena y total).
Para Argel, es un precedente peligroso: una potencia controla militarmente un territorio en disputa, propone una “autonomía”, y el Consejo de Seguridad lo convierte en la base de una “solución duradera”. Este esquema, si se valida, puede ser invocado en otros lugares.
4. Desclasificación del referéndum como mecanismo
El mandato inicial de la MINURSO (Misión de las Naciones Unidas para el Referéndum en el Sáhara Occidental) era… el referéndum. El nombre lo dice. »
En esta resolución:
- El Consejo renueva la MINURSO hasta el 31 de octubre de 2026;
- Insiste en su papel de apoyo a los esfuerzos políticos del Enviado Personal;
- Solicita una “revisión estratégica” del mandato en los próximos seis meses.
Lo que no hace: no reafirma explícitamente la misión histórica de organizar un referéndum de autodeterminación.
Por lo tanto, la MINURSO se prolonga como herramienta de estabilidad, de supervisión del alto el fuego y de apoyo político al Enviado del Secretario General, pero ya no se menciona el núcleo referendario original.
Y se exige una revisión estratégica del mandato.
Traducción: la MINURSO corre el riesgo de pasar de “misión de referéndum” a “misión de gestión de paz / estabilización política en torno a una autonomía negociada”.
Esto es la institucionalización del estancamiento: ya no se habla de descolonización a completar mediante una consulta popular, sino de estabilización duradera de un statu quo bajo soberanía marroquí con ajustes.
Para el Polisario, esto se asemeja a un desarme político de la herramienta MINURSO.
5. El papel de los Estados Unidos
El texto agradece explícitamente a los Estados Unidos por su “disposición a acoger negociaciones”. Esto es enorme a nivel diplomático.
- Tradicionalmente: las conversaciones se celebraban bajo la égida de la ONU, con Suiza, Ginebra, Viena, Manhasset (Estados Unidos pero bajo el paraguas de la ONU), etc. Se intentaba mantener una forma de neutralidad procesal.
- Aquí: el Consejo de Seguridad refrenda que Washington se convierte en plataforma (y por extensión, coproductor del marco político). En claro: los Estados Unidos no son solo una potencia de apoyo, sino que se instalan en el papel de patrocinador político del proceso.
Consecuencia estratégica:
- Esto refuerza el eje Rabat–Washington–(París), que considera la autonomía marroquí como la única salida realista.
- Esto margina la capacidad de otros actores (Argelia, Rusia, e incluso algunos miembros del Movimiento de Países No Alineados) para imponer una mediación alternativa.
Y esto es coherente con el reciente lenguaje estadounidense según el cual el plan de autonomía marroquí es “the only realistic basis” (la única base realista). Aquí, esta lectura se inyecta, por primera vez a este nivel, en una resolución de la ONU y no solo en un comunicado bilateral.
6. El tratamiento del alto el fuego y la ecuación de seguridad
El Consejo “subraya la importancia de respetar el alto el fuego” y de evitar cualquier acción que ponga en peligro el proceso político.
Traducción implícita:
- Mensaje al Polisario, que anunció públicamente la reanudación de la lucha armada después de 2020;
- Mensaje también a Marruecos para limitar las operaciones militares al este del muro.
Pero atención al encuadre: la lógica es “cualquier reanudación de las hostilidades = amenaza a la negociación = amenaza a la opción autonomía”. Por lo tanto, cualquier escalada militar del Polisario podrá ser interpretada como un rechazo a “la única salida realista”, y por ende, políticamente descalificada ante el Consejo.
Es una presión asimétrica, porque Marruecos ya controla la mayor parte del territorio y puede decir: “Nosotros estamos a favor de la solución realista respaldada por el Consejo; son los otros los que amenazan la paz”.
7. El aspecto humanitario: refugiados saharauis
La resolución expresa “una profunda preocupación” por la falta de financiación para los refugiados saharauis y hace un llamado a los donantes a contribuir más.
Hay dos cosas a destacar aquí:
- Es un recordatorio de que la cuestión humana sigue siendo grave (Tinduf, dependencia de la ayuda, fatiga social y generacional de los refugiados).
- Pero: este pasaje no llega a politizar la situación humanitaria diciendo, por ejemplo, que la prolongación del statu quo perjudica los derechos fundamentales de los saharauis y, por lo tanto, exige una solución conforme al derecho a la independencia. Se mantiene neutral/técnico: “faltan fondos, den dinero, registren a los refugiados”.
Marruecos lo interpreta así: la comunidad internacional reconoce la presión humanitaria, por lo tanto, la necesidad de una salida rápida, y la salida rápida propuesta es la autonomía.
El Polisario lo interpreta de otra manera: se humaniza el sufrimiento de los refugiados sin afirmar su derecho colectivo a elegir la independencia. Se les pide que esperen pacientemente mientras se institucionaliza la autonomía marroquí como horizonte.
8. Conclusión: lo que esta resolución cambia concretamente
Se puede resumir el alcance de la versión original en cuatro frases claras:
- Institucionalización del plan marroquí como base única de negociación. El Consejo ya no pone sobre la mesa varios escenarios en competencia. Dice: negocien “sobre la base de la Iniciativa marroquí de autonomía”.
- Redefinición de la autodeterminación. El texto mantiene la palabra “self-determination” (autodeterminación), pero la vacía de su sentido clásico (referéndum que incluye la independencia) para llenarla de un nuevo significado: autonomía interna “realista” bajo soberanía marroquí. Es un giro normativo que claramente beneficia a Rabat.
- Reposicionamiento de la MINURSO. La MINURSO ya no se describe como la arquitecta de un futuro referéndum, sino como una herramienta de estabilización y acompañamiento político. Y se pide una revisión estratégica de su mandato. Por lo tanto, se avanza hacia una MINURSO “normalizadora” en lugar de “descolonizadora”.
- Americanización del asunto. Los Estados Unidos son explícitamente legitimados como anfitrión y motor de la solución. El Consejo adopta, casi palabra por palabra, la lectura estadounidense: la autonomía marroquí es “la solución más realista y factible”.
Lo que esto significa, fríamente:
- Para Rabat: Victoria estratégica. El Consejo comienza a hablar como Marruecos ha hablado desde 2007.
- Para Argelia: Alerta roja. El Consejo está transformando una cuestión de descolonización en un asunto de regionalización interna bajo soberanía marroquí, lo que, para Argelia, viola el ADN de la ONU sobre los territorios no autónomos.
- Para el Polisario: Reducción dramática del espacio diplomático. El referéndum con opción de independencia ya no es el eje del texto. Ahora se le exige al movimiento que negocie las modalidades de una autonomía que rechaza.
- Para el Consejo de Seguridad en sí mismo: Creación de un precedente. Está asumiendo que una soberanía en disputa puede ser “blindada” políticamente mediante una autonomía interna, si las grandes potencias consideran que es “realista”.
Y es precisamente este precedente lo que Argelia, Rusia y Pakistán cuestionan: porque una vez que este modelo es validado aquí, se vuelve exportable a otros lugares.
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