El fango en el que se ha metido el Gobierno en relación al conflicto del Sahara Occidental

Efectivamente el gobierno al completo ha bajado al barro en el conflicto del Sáhara Occidental a instancias de la posición adoptada por su ministerio de Relaciones Exteriores en lo que se refiere a la ruptura del alto el fuego por parte de Marruecos. El citado ministerio pretende además revolcar en ese barro al principal partido que apoya la acción de gobierno, el PSOE. A estas alturas ya está clara la pretensión del gobierno de intentar transmitir a la sociedad española que está manteniendo una responsable posición política de equidistancia y neutralidad en relación al conflicto, posición, que como en este caso, cuando hay un agredido y un agresor, siempre benefician a este último. 

Es verdad que este posicionamiento es el que ha venido siendo habitual en la alternancia de gobierno que han ejercido los principales partidos desde el inicio de la democracia convirtiendo estas cuestiones, que no tienen nada de jurídicas, sino políticas, en una política de Estado que sitúa los intereses con Marruecos y la aceptación de sus habituales chantajes en su relación con España por encima de los principios del respeto a la legalidad internacional y los DDHH que deben regir en cualquier país democrático. 
En ese sentido, y en este caso concreto, el gobierno necesita la oportuna cobertura política para llevar a cabo este desatino con el fin de intentar en la medida de lo posible evitar que le pase por encima la locomotora de la sociedad española que se viene manifestando de manera mayoritaria muy sensible con la justa causa del Pueblo Saharaui. Esta irreflexiva e indecente huida hacia adelante necesita cómplices políticos y quien mejor en este caso que aquel que de forma mayoritaria apoya la acción del gobierno, aunque esto seguro vaya en contra de lo que piensa su propia militancia y votantes. 
Voy a intentar definir la estrategia que para ello está empleando la cúpula directiva del PSOE a instancias de las recomendaciones que en ese sentido le ha trasladado el ministerio de Relaciones Exteriores para que a su vez haga lo propio a sus organizaciones territoriales y representantes instituciones: « No apoyar ningún tipo de declaración o moción que condene la ruptura del alto el fuego por parte de Marruecos, no apoyar cualquier mención a la condición de España como Potencia administradora del territorio que todavía sigue ostentando según la legalidad internacional, evitar cualquier mención al derecho a la autodeterminación e independencia del Pueblo Saharaui a través del referéndum », es decir, posicionarse claramente al lado de Marruecos en su intención de anexionar por la fuerza el Sáhara Occidental, y para intentar disimular esta clara pretensión, sugieren que se haga referencia solo de manera general al apoyo a las vacías resoluciones del Consejo de Seguridad de NNUU que ha sido precisamente, con su inacción, cuando no complicidad manifiesta con el régimen marroquí, quien ha facilitado su envalontamiento e impunidad para romper el alto el fuego. 
Esas precisas y bastardas instrucciones son aceptadas por disciplinados representantes instituciones, generalmente estómagos agradecidos que viven de la política, no todos por suerte, porque ya hay movimiento en algunas CCAA y sus agrupaciones en contra de esa errónea e incomprensible estrategia, por lo que muchos militantes de base, cuadros medios y representantes institucionales haciendo gala del respeto a su ideología, principios y dignidad, se han negado a vetar esos irrenunciables preceptos de apoyo al Pueblo Saharaui. 
Decía Salvador Allende, un gran socialista, que « la historia es nuestra y la hacen los pueblos » y por ello es preciso recordar que el pueblo español hizo suya historia y justicia no hace tantos años cuando un gobierno apoyó una guerra y a sus patrocinadores en contra de la voluntad de la mayoría de la sociedad española y el partido que apoyaba su acción perdió las siguientes elecciones precisamente por ese motivo. Señores socialistas, aprendan de la historia porque aveces se repite.
Alberto Suárez Montiel
Fuente : Facebook, 29 nov 2020

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