Un periodista hace caer la máscara de Mohamed VI

Una vez más el rey de Marruecos Mohamed VI va a enfrentarse a un libro explosivo que lo coloca, personalmente, como diana. Sin haberse recuperado todavía de “El Rey predador » que describe con gran detalle el apetito voraz del monarca por el dinero y el lujo, o « Marrakesh » que escanea esta capital de la prostitución, el periodista marroquí Omar Brouksy , le inflige otro suplicio editorial.
Directamente inspirado por el rotundo « Nuestro amigo el rey », de Gilles Perrault, que había perturbado el palacio y el majzén en 1990, « Mohammed VI detrás de las máscaras » (Ediciones Nouveau Monde) es otra bomba que pasa al escáner los 15 años de reinado de Mohamed VI. Más allá de los suculentos detalles en este libro, presenta la particularidad de haber sido escrito por un periodista marroquí, a quien el rey había negado la acreditación como corresponsal de la AFP en octubre de 2012.
El rey no puede, por lo tanto, evocar una conspiración montada por Francia ya que el libro está firmado por uno de sus más brillantes súbditos que se niega a ser un mero objeto de una monarquía absoluta. 
Esta obra se describe como una forma de retrato detallado del rey, donde se pueden ver algunos detalles más íntimos del rey como su timidez y su salud. 
El autor no olvida, sin embargo, señalar la gobernación de M6 caracterizada por una  » extrema concentración de poder ».
Jules Perrault persiste y resiste 
« El lector poco familiarizado con las realidades marroquíes descubrirá aquí, no sin asombro, que el poder, más que nunca concentrado en el Palacio Real, en el que altos funcionarios e incluso los propios ministros se encuentran reducidos al mero rol de figurantes, está en realidad ejercido por el rey y una docena de sus amigos « , escribe Gilles Perrault en su prefacio. 
El ilustre asesino de la monarquía, cuyo libro había fuertemente sacudido el trono en su momento, piensa que el libro de Omar Brouksy « anuncia el fin de las esperanzas que el nuevo reinado había generado, hace ya 15 años. »
En otras palabras, tal padre tal hijo según la pluna del periodista que lamenta que Mohamed VI no haya seguido el ejemplo de Juan Carlos de España, quien, después de haber heredado todos los poderes del general Franco había transformado su país en una monarquía constitucional. 
También lamenta que la Primavera Árabe, que llegó a Marruecos con manifestaciones en menor escala que algunos de sus vecinos, sólo haya dado como resultado unas « mini-reformas » sin ningún impacto real en el sistema político del país.
El autor evoca también, en un capítulo muy detallado, el deslice de los diplomáticos marroquíes hablando incluso de una « diplomacia torpe ». Evoca en un capítulo enormes meteduras de pata que afectaron a la imagen de Marruecos en el mundo. Ya sea el reciente indulto real concedido a un pedófilo español condenado a 30 años de prisión por violar a más de 11 niños (agosto 2013), la decisión de Marruecos (abril de 2012) de retirar su confianza en Christopher Ross, el enviado de la ONU para el Sáhara Occidental, el caso Aminatu Haidar, la activista saharaui a la que las autoridades marroquíes impidieron en noviembre de 2009 la entrada en el Sáhara Occidental, donde vive; o en el caso de la isla de Perejil, que Marruecos « ocupó » una tarde de julio del 2002. 
Estas pifias reales, que, según el autor, a veces fueron cometidas bajo el efecto de una ira mal controlada, muestran hasta qué punto, en Marruecos, el vínculo entre la responsabilidad política y el ejercicio del poder es débil, incluso inexistente. Numerosos hechos históricos conocidos, anécdotas reales y juegos políticos malsanos que darán una imagen novelesca a un Palacio real hasta ahí cerrado a la prensa y a los curiosos.

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