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La ecuación de mil incógnitas: lo que revela la inexistente visita de Estado de Mohamed VI a Francia
El artículo de Africa Intelligence, titulado “La ecuación de mil incógnitas de la visita de Estado de Mohamed VI a Francia”, saca a la luz una realidad que París y Rabat prefieren mantener fuera del foco: la relación bilateral, pese a los gestos de acercamiento, sigue bloqueada por tensiones políticas profundas —en primer lugar, el expediente del Sáhara Occidental. A través de esta lectura-comentario, analizamos lo que realmente dice el artículo… y lo que sugiere.
Entre un protocolo incierto, una diplomacia parlamentaria y sensibles intereses económicos, ninguna de las dos capitales logra resolver la ecuación que representa una visita real a París.
Una visita prevista, esbozada… y finalmente abandonada
Según Africa Intelligence, Rabat y París habían contemplado seriamente una visita de Estado de Mohamed VI el 6 de noviembre de 2025, para hacer coincidir el viaje con el 70 aniversario de la declaración de La Celle-Saint-Cloud. Pero, como escribe el medio, “el evento no se concretó”.
El artículo señala que el rey sí se desplazó a París el 26 de noviembre, pero únicamente para reincorporarse a su residencia privada tras largos trabajos de renovación. Este detalle ilustra una escena singular:
el soberano está físicamente en Francia, pero no puede celebrarse ningún encuentro oficial.
¿Por qué? Africa Intelligence apunta especialmente a la “secuencia diplomática en torno a la resolución 2797 del Consejo de Seguridad” sobre el Sáhara Occidental, que monopolizó la agenda marroquí. Este punto es esencial:
El conflicto del Sáhara Occidental sigue obstaculizando las relaciones franco-marroquíes al más alto nivel, incluso cuando ambas capitales intentan reactivar el diálogo.
La presión simbólica: el peso del calendario y las conmemoraciones
El artículo explica que los equipos de Nasser Bourita y de Jean-Noël Barrot exploran ahora otra fecha cargada de simbolismo: el 70 aniversario de la declaración del 2 de marzo de 1956, que marcó el fin del protectorado francés. La idea sería construir una “secuencia político-institucional” alrededor de este aniversario para dar cuerpo a un acercamiento diplomático.
Pero Africa Intelligence subraya un punto revelador:
-la presencia de Mohamed VI no está garantizada.
-Parte de su entorno considera que el viaje sólo tendría sentido si va acompañado de un protocolo de prestigio, especialmente una cena de Estado en Versalles.
En otras palabras, Rabat espera un gesto espectacular que justifique políticamente el desplazamiento del rey. Y París, atrapada en una inestabilidad política crónica y con las municipales de 2026 a la vuelta de la esquina, no tiene interés alguno en exponerse de esa manera por ahora.
La diplomacia parlamentaria como vía de escape
Ante este impasse protocolario, el artículo muestra que París apuesta ahora por otra vía: la diplomacia parlamentaria. Tras desplazamientos y consultas en Rabat y Tánger, se estudia una misión conjunta entre la Comisión de Asuntos Exteriores de la Asamblea Nacional francesa y la Cámara de Representantes marroquí, con el objetivo de reflexionar sobre un futuro tratado de amistad.
Esta iniciativa no debe interpretarse como voluntarismo político, sino como una estrategia de esquive:
El Ejecutivo francés, debilitado, prefiere que los parlamentarios ocupen el espacio diplomático sin asumir posiciones demasiado visibles.
El expediente del Sáhara Occidental, omnipresente aunque no mencionado en el texto, constituye evidentemente el trasfondo de esta prudencia.
Una Reunión de Alto Nivel para gestionar expedientes sensibles, no para relanzar la relación
Otro elemento mencionado por el artículo —particularmente instructivo— es la aceleración de las discusiones para organizar una Reunión de Alto Nivel (RAN) antes de fin de año. Esta tendría lugar en Rabat y, según Africa Intelligence, trataría discretamente los “expedientes candentes”.
Entre ellos:
-cuotas de exportación agrícola (especialmente cítricos),
-proyectos industriales en dificultades, como la asociación OCP–Engie,
-la planta desalinizadora de Rabat, confiada a Veolia.
Estos expedientes económicos no son menores: algunos —como OCP— están directamente vinculados a recursos explotados en el Sáhara Occidental, uno de los mayores puntos de fricción entre Rabat y sus socios internacionales.
Así, lejos de simbolizar una reactivación política, la RAN aparece como un mecanismo técnico para evitar el estallido —un instrumento de gestión, no de reconciliación.
Conclusión: una ecuación insoluble mientras el Sáhara Occidental siga siendo el gran no dicho
A través de este análisis, Africa Intelligence muestra, sin decirlo explícitamente, que la visita de Mohamed VI se ha convertido en una ecuación diplomática insoluble.
París no quiere dar la impresión de alinearse con las tesis marroquíes sobre el Sáhara Occidental.
Rabat exige, en cambio, un reconocimiento implícito de su ocupación antes de cualquier gesto protocolario de alto nivel.
Mientras estas expectativas contradictorias persistan, la visita real seguirá siendo una “ecuación de mil incógnitas”, y la relación franco-marroquí avanzará mediante:
-ajustes técnicos,
-símbolos cuidadosamente escogidos,
-y desvíos constantes alrededor del verdadero tema que incomoda: el derecho del pueblo saharaui a la autodeterminación y la persistencia de la ocupación marroquí.
Fuente : Africa Intelligence, “L’équation à mille inconnues de la visite d’État de Mohammed VI en France”
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