El Rey de Marruecos Mohamed VI (Foto : Wikimedia Commons, 13 Junio 1989)
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Lleva 21 años en el trono, pero ¿qué sabemos realmente sobre el rey de Marruecos? ¿Qué ocurrió con la extraña desaparición de su esposa? ¿Qué pasó entre ella y su cuñada que generó rumores de violencia en el palacio? ¿Por qué pagó el rey millones para enterrar un libro? ¿Qué hace en las clases de Guemará? ¿Y cómo es que aparece de forma constante en redes sociales sin estar inscrito en ninguna de ellas? Sombras alrededor de su figura.
Shimon Ifargan
El pasado mes de julio, Mohamed VI celebró 21 años en el trono. En estas dos décadas el rey de Marruecos ha impulsado reformas liberales —entre otras cosas promovió la integración de mujeres en puestos gubernamentales, desmanteló la temida agencia de investigaciones internas que aterrorizaba a los ciudadanos y creó una comisión de investigación para examinar violaciones de derechos humanos cometidas bajo su padre, Hassan II— pero en lo que respecta a su vida personal, quien es considerado un símbolo de apertura ha preferido permanecer en las sombras.
A pesar del manto de secretismo, se sabe que el último año en la vida del rey, de 57 años, fue dramático. Una semana antes del aniversario de su coronación fue trasladado de urgencia al hospital estatal de Rabat por problemas cardiológicos; en la escena internacional se dio la histórica decisión de establecer relaciones diplomáticas plenas con Israel, un paso que reavivó antiguas especulaciones sobre sus vínculos con organismos de inteligencia israelíes; y en el ámbito doméstico, el rey se vio envuelto en una melodrama familiar. Por un lado, una nueva cercanía con su esposa tras un largo periodo de separación; por otro, un conflicto interminable —y aparentemente, al menos en un caso, sangriento— entre ella y la hermana del rey.
Con la ayuda de periodistas locales, fuentes de la comunidad judía y publicaciones de la prensa francesa, que está obsesionada con el monarca, aquí están las nueve incógnitas sin resolver alrededor de su vida y su corte.
¿A dónde desapareció Lalla Salma?
Horas antes de que heredara el trono de su difunto padre, en julio de 1999, circularon rumores en Marruecos de que Mohamed se había casado en secreto para no romper la tradición según la cual el heredero debe estar casado al momento de la coronación. Incluso The New York Times no logró confirmar ni refutar el rumor (“hay informes contradictorios”, escribieron entonces; “una fuente oficial en el palacio niega que se haya celebrado una boda”). Oficialmente, está casado desde 2002, año en que se reveló la identidad de su esposa, Salma Bennani, conocida desde entonces como la princesa Lalla Salma.
Hace unos dos años empezaron a circular en Marruecos rumores de un conflicto entre la esposa del rey y su cuñada, la princesa Lalla Hasna (en la foto). En el punto álgido del drama familiar, las redes sociales se inundaron de informes que afirmaban que la hermana del rey había apuñalado a su esposa y la había herido gravemente.
Mohamed VI es el primer rey de Marruecos que reveló la identidad de su futura esposa antes de la boda: una ingeniera informática, proveniente de una familia de clase media, quince años menor que él. La princesa Salma se convirtió en una figura pública que aparecía con frecuencia junto al rey o en su representación en actos oficiales (entre otras cosas organizó al inicio de la década pasada un concierto conjunto con músicos judíos y árabes). Según allegados al palacio, fue ella el motor detrás de la reforma del estatus de la mujer que el rey impulsó en 2004. Pero quien probablemente fue la mujer más conocida de Marruecos desapareció por completo de la escena pública hace unos cuatro años.
Tras ausentarse de varios eventos oficiales, surgieron rumores sobre misteriosas enfermedades que habrían afectado a Lalla Salma; incluso circularon informes sobre su presunto asesinato. Pero parece que el único peligro real era para su matrimonio: hacia finales de la década pasada, informes procedentes de Marruecos afirmaban que la princesa había abandonado el país rumbo a una villa en Grecia, donde el rey financiaba su estancia.
Hace un año, fuentes del palacio admitieron de manera no oficial que Mohamed VI se había divorciado de su esposa. Pero sea cual sea su estado civil actual, en las últimas semanas soplan vientos de reconciliación entre el rey y la princesa. Entre bastidores actúa su hijo, el heredero Moulay Hassan III, que desea presentar al pueblo una familia unida. “Hay muchísimos rumores de que el rey y la princesa volverán a vivir juntos, pero nadie sabe realmente qué ocurre”, nos dice esta semana un allegado a la casa real. “Si sucede, será una gran noticia para Marruecos”. Aunque quizás menos para la hermana del rey.
¿Por qué se pelearon las princesas?
Hace unos dos años, en la primavera de 2019, comenzaron a circular informaciones en Marruecos sobre un conflicto entre Lalla Salma y su cuñada, la princesa Lalla Hasna. Inicialmente se dijo que la hermana se sentía amenazada por la creciente popularidad de la princesa Salma entre la población; fuentes cercanas al palacio afirmaron también que la decisión del rey de designar como heredero a Moulay Hassan III, hijo de Salma, avivó aún más el conflicto. En el punto más alto del drama familiar, en abril de 2019, las redes marroquíes se inundaron con rumores de que la hermana del rey había apuñalado a su esposa y que la princesa Salma se recuperaba en un hospital bajo estricta seguridad.
Por inverosímil que parezca, un periodista local nos dice esta semana: “Lo que ocurre en la familia real es una telenovela, pero los medios en Marruecos no se atreven a perjudicar a Mohamed VI. Hay censura absoluta respecto a lo que ocurre en el palacio. Está prohibido escribir ni una palabra sobre lo que sucede a puerta cerrada o en contra del rey”.
¿Qué había en el libro censurado?
En 2015 fueron arrestados en París dos periodistas franceses después de firmar un documento en el que aceptaban recibir un rescate a cambio de no publicar un libro sobre el rey. Los periodistas, Éric Laurent y Catherine Graciet, fueron detenidos bajo sospecha de extorsión.
Un mes antes, Laurent había informado al palacio de que el libro estaba a punto de publicarse. Un libro anterior de los mismos autores, “El rey depredador” (traducción libre), publicado en 2012, exponía el control económico del rey sobre Marruecos y desencadenó una ola de reportajes críticos sobre su conducta. Esto llevó al rey a tomar medidas para limitar la libertad de prensa en el país: como accionista mayoritario de grandes empresas marroquíes, exigió a estas compañías dejar de anunciarse en medios que publicaran información negativa sobre la familia real. Paralelamente, muchos periodistas huyeron del país después de que se impusieran multas personales a reporteros por publicar material no autorizado por el palacio. “Al gobierno marroquí sí se le puede criticar”, cuenta un periodista local exiliado en España. “Mientras no digas nada negativo sobre el rey, puedes seguir trabajando”.
Según se sabe, el segundo libro de Laurent y Graciet trataba sobre la vida privada de Mohamed VI, y aquí las versiones divergen. El palacio afirma que los periodistas intentaron extorsionar al rey y aceptaron enterrar el libro a cambio de dos millones de euros; los periodistas afirmaron que fue el rey quien se acercó a ellos. Aun así, admitieron haber aceptado el trato. “Llegué a una reunión con un abogado del rey”, contó Graciet en el documental ‘Rey de Marruecos: el poder oculto’, emitido en Francia un año después del escándalo. “Llegó con sobres llenos de dinero, era el adelanto. Me preguntó dónde estaba mi bolso y vació el dinero dentro. Había 80.000 euros”. Hasta hoy no está claro qué descubrieron los periodistas. El palacio sostiene que el libro no contenía hallazgos reales.
¿Qué demonios pasa en Facebook?
En una foto publicada en septiembre de 2016 que obtuvo decenas de miles de “me gusta”, el rey aparece en un selfie tomado por una fan en París. “Estábamos de compras en familia en los Campos Elíseos cuando vimos al rey en un 4×4”, escribió la mujer que publicó la foto en su cuenta de Facebook. “Le grité emocionada ‘Sidna’ (Su Majestad) y él fue lo bastante amable como para detenerse, saludarnos y levantar a mi hija pequeña en brazos para otra foto”.
Las redes sociales están llenas de otras fotos del rey alrededor del mundo. Él no tiene cuentas oficiales de Instagram o Facebook, pero parece dominar el arte de estar presente sin estar inscrito. “Detrás de las fotos y publicaciones hay una estrategia sofisticada”, dijo recientemente el historiador Pierre Vermeren en una entrevista radial francesa. “Las imágenes provienen de una política de comunicación calculada, con la clara intención de mostrar al rey como cercano a su pueblo”.
Muchas de las fotos del rey aparecen primero en una página de Facebook administrada por un fotógrafo de 31 años llamado Soufiane El-Bahri. Desde 2008, cuando tenía solo 19 años, gestiona además otras dos páginas no oficiales dedicadas a la familia real. El-Bahri, personaje conocido en Marruecos, hombre de vida nocturna y playboy, se mantiene alejado de la prensa y no respondió a nuestro contacto. En una rara entrevista con CNN en árabe, dijo que admira al rey y afirmó que trabaja en coordinación con el palacio, aunque negó cualquier contacto directo y aseguró que nunca ha conocido al rey. Eso llevó a los usuarios a preguntarse: “Entonces, ¿cómo consigue las fotos?”.
¿Qué tiene que ver el rey de Marruecos con la Guemará?
Al igual que su padre, Hassan II, Mohammed VI mantiene vínculos estrechos con la comunidad judía de Marruecos. Su asesor más cercano es André Azoulay, exbanquero de alto rango que trabajó en el pasado al servicio de su padre, pero Mohammed VI también se relaciona con los miembros menos conocidos de la comunidad: en los últimos años se le ha visto en varias ocasiones, vistiendo una túnica tradicional, llegando a sinagogas por todo el país y estudiando Guemará con los rabinos.
Hace aproximadamente un año visitó la inauguración de la sinagoga-museo judío de Marruecos, y este año —tras el fortalecimiento de los lazos diplomáticos con Israel— ordenó la restauración de todas las tumbas de tzadikim del país e incluir en el plan de estudios de las escuelas la historia del judaísmo marroquí. “Marruecos es un símbolo de convivencia entre judíos y musulmanes desde hace cientos de años”, dice un judío residente en el país. “El padre del rey solía acudir a las sinagogas para estudiar con los rabinos, y ahora el hijo hace lo mismo. Se comporta en la sinagoga como una persona común, no busca honores, y tiene un gran conocimiento de la Guemará y de la Torá. A veces nos sorprende con sus interpretaciones”.
Incluso respecto a su enfermedad cardíaca, el rey buscó remedio dentro de la comunidad judía. Hace aproximadamente un año y medio se reunió en secreto con el rabino exiliado Yoshiyahu Pinto. El rabino le escribió un amuleto especial y le prometió que protegería su vida, y el rey, por su parte, se ocupó de que el rabino fuese nombrado jefe del Consejo Rabínico del país. “Él confía en el rabino Pinto más que en los médicos”, dijo entonces una persona cercana al rey.
Medio año antes, en una de sus frecuentes visitas a París —visitas en las que suele ser visto sin escoltas, paseando por las calles como cualquier ciudadano— el rey fue grabado en un encuentro casual con el rabino Israel Goldberg en un puesto de tefilín de Jabad. Los dos conversaron largo rato sobre la porción semanal de la Torá.
Una prueba para las relaciones con la comunidad judía
Hace unos ocho años, las relaciones del rey con la comunidad judía enfrentaron una prueba práctica cuando dos de los principales jefes del crimen organizado en Israel, Avi Ruhan y Shalom Domrani, se instalaron en Marruecos. Tras ellos llegaron decenas de delincuentes más, y posteriormente llegó al país el rabino Eliezer Berland, buscado en Israel por delitos sexuales. Cuando los líderes de la comunidad judía comprendieron lo que estaba ocurriendo y se dirigieron a allegados del rey y al Ministerio del Interior, se emitió una orden general de expulsar a los delincuentes y al rabino.
¿Ayuda el Mossad al rey?
Nadie lo admitirá oficialmente, pero bajo la superficie existe un canal de comunicación entre el Mossad y otros organismos de seguridad en Israel con altos cargos marroquíes y con el propio rey. No es algo nuevo —organismos de inteligencia y altos funcionarios israelíes, a veces disfrazados, también se reunían con Hassan II— pero parece que estas relaciones secretas solo se han intensificado.
Fuentes en Marruecos revelan que hace aproximadamente cinco años existía un temor real de que combatientes del Estado Islámico ingresaran al país e intentaran derrocar al gobierno. Según esas fuentes, Israel ayudó a frustrar atentados del grupo en todo el país y contribuyó a que la Primavera Árabe pasara por alto a Marruecos. “El rey aprecia muchísimo a los organismos de seguridad de Israel, que le ayudaron entre bambalinas a mantenerse en el poder”, dice un allegado a la comunidad de inteligencia marroquí. “Israel también lo ayudó en acuerdos de armas con Estados Unidos, y la relación con ella generó apoyo del lobby judío en EE. UU. y cercanía con Donald Trump. Eso es lo que llevó en primer lugar al fortalecimiento de los lazos entre Israel y Marruecos”.
¿Se traducirán estas buenas relaciones en un vínculo personal entre Mohammed VI y Netanyahu?
No es seguro. En pocas semanas comenzarán los vuelos directos entre Israel y Marruecos y se abrirán oficinas de enlace, pero el rey no tiene prisa por reunirse con el primer ministro. Netanyahu querría que el rey visitara Israel antes de las elecciones para obtener rédito político, y tras bambalinas hay contactos al respecto, pero mucho depende de la salud del rey —y no solo de eso.
“El rey y su padre nunca apreciaron la forma en que los gobiernos israelíes han tratado al pueblo palestino a lo largo de los años”, dice una fuente familiarizada con lo que ocurre en el palacio. “Eso se manifestó en manifestaciones agitadas en el país y en discursos de miembros del parlamento que pidieron cerrar las fronteras a turistas israelíes. El pueblo y el rey respetan al pueblo judío, no la conducta de sus líderes. ¿Bibi? Tendrá que trabajar duro para ganarse la confianza del rey”.
¿Por qué Hassan II apartó a su hijo?
Mohammed VI tenía 36 años cuando heredó el trono de su difunto padre. Parecía natural —el hijo siempre aparecía junto al padre en actos oficiales— pero resultaba extraño, porque el heredero jamás decía ni una palabra. Cuando era joven, su silencio se entendía; más adelante comenzaron a surgir conjeturas embarazosas sobre su falta de interés en la monarquía. Incluso periodistas franceses predijeron un golpe militar tras su coronación y lo describieron como un playboy ocupado en fiestas y viajes por el mundo.
Pero quizá había algo más entre Hassan II y su hijo, porque en 1990 el rey dejó de transferirle fondos al príncipe —que entonces tenía 27 años y acababa de terminar su doctorado en derecho público en la Universidad de Niza, en Francia. Mohammed, en respuesta, se fue de viaje por el mundo con sus amigos del colegio real; el padre, por su parte, envió a su ministro del Interior, Driss Basri, para seguir al príncipe y asegurarse de que no generara escándalos.
El ministro del Interior Basri —identificado más que nadie con el puño de hierro de Hassan II— fue el primero en ser destituido cuando Mohammed asumió el trono.
¿Habrá un traspaso estable del poder?
El heredero, Moulay Hassan, de 17 años (en la foto), posee un avión privado valorado en unos 67 millones de dólares. En el último año han surgido testimonios graves sobre su comportamiento grosero hacia escoltas, conductores y sirvientes del palacio, tanto en el palacio como durante vacaciones con su padre.
Hasta hoy no se sabe qué llevó a Hassan II a cortar los fondos a su hijo, pero algo está claro: Mohammed VI se recuperó por completo. Actualmente se le considera uno de los hombres más ricos del mundo, con una fortuna estimada en 8.500 millones de dólares. Cobra un salario mensual de 40.000 euros y posee un portafolio de inversiones con acciones en empresas internacionales de energía e infraestructura.
Gran parte de los ingresos del país fluye directamente a la casa real, y decenas de miles de empleados mantienen los 20 palacios repartidos por todo Marruecos.
El rey es propietario de decenas de apartamentos y castillos en Marruecos y en Francia, posee una flota de yates, una colección de decenas de automóviles y toda una colección de relojes Rolex valorada en 170 millones de dólares. Hace aproximadamente un año, 36 de esos relojes fueron robados del palacio de Marrakech bajo las narices de los guardias. Días después fue detenida una sospechosa, una exlimpiadora del palacio que los robó para una banda de ladrones de joyas. Veinticinco personas fueron arrestadas en total, entre ellas 14 joyeros, ladrones y mediadores. La limpiadora fue condenada a 15 años de prisión y los demás implicados recibieron penas de entre 4 y 15 años.
Este año, la economía marroquí colapsó tras el impacto de la pandemia del coronavirus, lo que no impidió que el rey adquiriera una mansión de unos 1.000 m² valorada en 80 millones de euros en la avenida Émile Deschanel, en París. Fuentes en Marruecos criticaron indirectamente al rey por el momento elegido, especialmente porque él mismo había llamado a la solidaridad social. “Es un acuerdo que se estaba negociando antes de la crisis del coronavirus, y para el rey representaba una oportunidad de comprar un bien a buen precio”, intentó justificar un allegado del rey. “La gente de la calle lo venera, pero en los últimos años hay un creciente descontento por sus derroches”, dice una miembro de la comunidad judía. “Estoy segura de que el rey es consciente de las críticas, pero no hace lo suficiente para erradicar la pobreza en el país”.
¿Cuál es el estado de salud del rey?
En febrero de 2018, Mohammed VI sufrió su primer episodio cardíaco. Fue hospitalizado mientras estaba en París y eligió no regresar a Marruecos para su recuperación, lo que enfureció a muchos en el país. En junio de ese año fue operado por trastornos del ritmo cardíaco, y los medios informaron que el procedimiento fue exitoso. Sin embargo, su estado de salud no le permitió asistir al funeral de su buen amigo, el expresidente francés Jacques Chirac, que falleció tres meses después.
El verano pasado sufrió, según se informó, otro episodio cardíaco y, si bien esto ya parecía convertirse en rutina, esta vez surgieron en Marruecos rumores sobre su muerte. El diario nacional incluso publicó un perfil de su hijo Moulay Hassan como el próximo sucesor al trono.
¿Se acerca un cambio de gobierno?
Porque si es así, no está claro que ocurra en silencio. ¿Se frustrará la transferencia del trono?
Al igual que su padre en su juventud, Moulay Hassan, de 17 años, acompaña a su padre a actos oficiales. Tiene planes de estudiar en la escuela de aviación del Estado y ya posee un avión privado valorado en 67 millones de dólares. Recientemente se informó de un distanciamiento con su padre después de que el príncipe se negara a abandonar la residencia de su madre, la princesa Salma, para ir a vivir con el rey.
Pero parece que hay problemas mayores dentro de la familia. En el último año, sitios de internet fuera de Marruecos han publicado testimonios graves —probablemente filtrados por elementos con intereses dentro de la casa real— sobre el comportamiento grosero del heredero hacia escoltas, conductores y sirvientes tanto en el palacio como durante las vacaciones con el rey.
Para evitar un shock en el país, el rey ha procurado que su hijo reciba formación para su futuro rol, mediante la cual conocerá las unidades del ejército y la seguridad, y que el cetro pase a él el día que corresponda sin trastornos. Pero no está claro que eso sea suficiente.
Además del resentimiento de su tía, Lalla Hasna, el joven Moulay Hassan se enfrenta a miembros de la familia real que no aceptaron la decisión de nombrarlo heredero. Su hermana, la princesa Lalla Khadija, tiene apenas 14 años y de cualquier manera no representa un desafío a su posición por cuestión de género; en ese sentido, Marruecos no es un país avanzado. Pero las acciones de otro miembro de la familia deberían interesar —y quizá preocupar— a los servicios de inteligencia de Occidente e Israel: desde el deterioro de la salud del rey llegan informes de que su hermano, Rachid, está furioso por la decisión de saltárselo en la sucesión y planea, en cuanto su hermano deje el trono, tomar el control del país con la ayuda de sus allegados.
Fuente : Revista mako, 13.01.2021
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