Argelia se reposiciona. No rompe con Rusia, pero rechaza quedar atrapada en una relación heredada de dependencia. Construye un eje mediterráneo con Italia y el sur de Europa, afirma que el Sahel es un espacio de seguridad nacional y subraya que el Sáhara Occidental es un asunto estratégico.
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La relación entre Argelia y Rusia no es una alianza circunstancial nacida de un episodio reciente. Es una relación cargada de historia, construida sobre la asistencia militar soviética durante la guerra de liberación, la formación de los cuadros del Ejército Nacional Popular tras la independencia y una proximidad diplomática basada en la defensa de la soberanía y en el rechazo a las tutelas exteriores.
1. Introducción
Moscú veía a Argel como una puerta de acceso estratégica hacia la ribera sur del Mediterráneo y hacia África; Argel veía a Moscú como un socio capaz de contrarrestar las presiones occidentales. Esta lectura es analizada en los trabajos del Gulf Research Center / Middle East Council, que subrayan el peso militar de Moscú en el aparato argelino.
Pero desde el estallido de la guerra en Ucrania en febrero de 2022, el panorama geopolítico se ha modificado de forma brutal. Rusia está ahora comprometida en una guerra prolongada, sujeta a sanciones económicas y tecnológicas, absorbida por su propia supervivencia estratégica. Argelia debe plantearse por tanto una pregunta mucho más fría: ¿sigue siendo Rusia un socio operacionalmente fiable —en materia de armamento, energía, apoyo diplomático e influencia regional— o se ha convertido en un socio simbólico pero debilitado?
En otras palabras: el capital histórico sigue siendo real, pero ya no es suficiente. Argel trata ahora a Moscú como un socio útil, pero ya no como un garante absoluto.
2. Profundidad histórica de la relación argelino-rusa y su significado estratégico
Desde la independencia, la política exterior argelina se basa en un principio cardinal: preservar la independencia de decisión frente a las grandes potencias, rechazar el alineamiento automático y conservar la capacidad de decir no. En esta lógica, Moscú (ayer soviético, hoy ruso) ofreció durante mucho tiempo tres cosas que ninguna capital occidental ofrecía con el mismo alcance:
- entregas de armas pesadas y sofisticadas sin una condicionalidad política intrusiva;
- una formación militar estructurante;
- un apoyo diplomático en la escena internacional que reconoce a Argelia como potencia regional y no como simple “cliente”.
El Middle East Council / Gulf Research Center insiste en este punto: para Moscú, Argelia no es sólo un comprador; es un punto de anclaje de influencia en el Magreb, el Mediterráneo y África. Para Argel, Moscú no es sólo un proveedor; es una carta estratégica que permite resistir a la presión occidental.
Pero esta arquitectura se ha agrietado. Tras febrero de 2022, Rusia se ha convertido en un Estado bajo sanciones masivas, implicado en un conflicto de alta intensidad, acusado públicamente en la ONU de violar la integridad territorial de Ucrania. El 12 de octubre de 2022, la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó una resolución que condena la “anexión ilegal” de territorios ucranianos por Moscú, con 143 votos a favor y 5 en contra, y 35 abstenciones. Argelia formó parte de los Estados que se abstuvieron: no condenó frontalmente a Moscú, pero tampoco le otorgó un apoyo incondicional. Esta posición figura en el comunicado oficial de Naciones Unidas.
Este gesto argelino es profundamente revelador. Argel dice, en esencia: no nos alineamos con Occidente contra Moscú, pero tampoco permitimos que se nos encierre en el campo ruso. En otras palabras, Rusia sigue siendo una carta importante, pero ya no es la carta maestra.
3. Dimensión militar: de pilar estratégico a fuente potencial de vulnerabilidad
3.1. Herencia de una dependencia pesada
El Ejército Nacional Popular se ha equipado históricamente con material de la Unión Soviética y luego de Rusia: sistemas de defensa aérea de alcance largo y medio, sistemas de defensa cercana como el Pantsir, submarinos de clase Kilo, misiles antibuque, carros de combate principales, municiones guiadas de precisión y bloques de guerra electrónica. Durante décadas, los oficiales argelinos han sido formados en el uso, mantenimiento y doctrina de empleo de material de origen ruso. Es decir, no sólo el equipamiento es ruso, sino también parte del saber hacer operativo.
Estimaciones recogidas por el Middle East Council / Gulf Research Center indican que alrededor del 73 % de las importaciones de armamento argelinas entre 2018 y 2022 procedían de Rusia. Esto significa que Moscú no era un proveedor entre otros: estructuraba la columna vertebral material del potencial militar argelino.
3.2. Tras Ucrania: ruptura del equilibrio
Este modelo se está erosionando. Según el Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo (SIPRI), las importaciones argelinas de armas rusas cayeron alrededor de un 81 % al comparar el periodo 2015–2019 con 2020–2024. Al mismo tiempo, la cuota de Rusia en las importaciones argelinas de armamento disminuye fuertemente, mientras aumentan otros proveedores como China, Alemania o Turquía. En otras palabras: Argel trabaja deliberadamente para reducir su dependencia unilateral de Moscú.
Paralelamente, la capacidad exportadora rusa se ha degradado. El SIPRI constata una caída de alrededor de dos tercios en las exportaciones de armas rusas en menos de una década. Razón principal: la industria de defensa rusa está reorientada hacia las necesidades inmediatas del ejército ruso en Ucrania. Las municiones, los componentes electrónicos y los subconjuntos críticos son absorbidos por el esfuerzo bélico. Las sanciones occidentales sobre componentes sensibles complican aún más la producción. Resultado: los plazos de entrega para la exportación se alargan, el mantenimiento pesado se vuelve más difícil de garantizar y el acceso a determinadas piezas de repuesto se vuelve aleatorio.
3.3. Consecuencia doctrinal para Argel
Esto crea una vulnerabilidad estratégica. Una parte importante de la defensa aérea argelina, de la disuasión naval en el Mediterráneo occidental y de la capacidad de ataque de precisión depende de sistemas rusos. Si Moscú ya no es capaz de garantizar un apoyo técnico fiable, una cadena regular de piezas de repuesto y actualizaciones creíbles en tiempos de crisis regional, la credibilidad operativa argelina se ve automáticamente debilitada.
Ante ello, Argelia no rompe de manera brusca con Rusia. Hace algo más sutil: comienza a diversificar. Diversificar aquí no sólo significa “comprar en otros sitios”, sino también transferir competencias de mantenimiento, modernización e integración tecnológica para no quedar prisionero de un único proveedor. Rusia sigue siendo importante, pero ya no se la considera infalible.
4. La energía: del discurso común de “productores soberanos” a una competencia frontal en Europa
4.1. Antes de la guerra en Ucrania
Antes de 2022, Argel y Moscú podían presentarse, en el plano retórico, como dos Estados productores de hidrocarburos celosos de su soberanía energética. Cada uno defendía la idea de que ninguna potencia occidental debía dictar sus decisiones en materia de precios, volúmenes exportados o asociaciones. Argelia compartía con Rusia una cierta desconfianza hacia el uso político occidental de la cuestión energética.
4.2. Después de 2022: giro italiano
Con la guerra en Ucrania, este panorama estalló. Europa —y particularmente Italia— decidió reducir rápidamente su dependencia del gas ruso. En abril de 2022, el jefe del gobierno italiano de la época viajó a Argel para anunciar un aumento de aproximadamente el 40 % en las importaciones de gas argelino, presentado como un pilar de la estrategia italiana para salir del gas ruso. Este compromiso fue informado por la agencia Reuters.
4.3. Argelia toma el lugar de Rusia
A partir de 2023, Argelia se convierte en el primer proveedor de gas de Italia, sustituyendo de hecho a Rusia, que antes abastecía una parte masiva de las necesidades italianas. Esto se tradujo no sólo en un aumento de los flujos de gas argelino a través de los gasoductos existentes, sino también en la firma de acuerdos estructurantes entre Sonatrach y Eni sobre el suministro a medio plazo y la transición energética. Reuters destacó estos acuerdos.
Este realineamiento energético se convierte en la base de un enfoque italiano más amplio: hacer de Italia una plataforma energética entre el sur mediterráneo y Europa, con Argelia como pilar. Esta lectura aparece en los análisis del Middle East Council / Gulf Research Center y en trabajos especializados sobre la cooperación gasífera y la transición hacia fuentes más limpias publicados por Ecco Climate.
4.4. De la energía a la seguridad común
Esta dinámica no se limita al gas. De 2023 a 2025, el eje Argel–Roma se amplía a la seguridad en la cuenca mediterránea, la lucha contra el terrorismo, el control de los flujos migratorios irregulares, las conexiones de telecomunicaciones submarinas, así como a compromisos de inversiones conjuntas. Medios internacionales como Reuters y Associated Press describen ahora la relación bilateral no como un simple contrato gasífero, sino como un partenariado estratégico completo, que combina energía, seguridad, economía y gestión conjunta de los desafíos mediterráneos.
4.5. Lo que esto cambia con respecto a Moscú
En claro, Argelia ha tomado el lugar de Rusia en la seguridad energética de Italia y, más ampliamente, del sur de Europa. Moscú, por su parte, intenta evitar una expulsión definitiva del mercado europeo. Responsables italianos han explicado, además, que a largo plazo, después de la guerra, Italia no cerraría la puerta a un posible regreso parcial del gas ruso. Este matiz, recogido por Reuters, muestra que Moscú no ha renunciado a recuperar influencia energética.
Pero para Argel, la situación es ahora transparente:
- o bien es el proveedor estable, políticamente aceptable e imprescindible para Roma y, por extensión, para la Unión Europea del Sur;
- o bien Rusia vuelve a ocupar el espacio.
Esto significa que Moscú y Argel ya no son dos productores soberanos “lado a lado”: están en competencia directa por la misma renta geopolítica, es decir, el acceso privilegiado al mercado energético europeo. Es una transformación mayor en la naturaleza de su relación.
5. Dimensión diplomática y política: neutralidad declarada, coste real
Argelia ha adoptado lo que presenta como una neutralidad soberana en la crisis ucraniana: se niega a alinearse con una lógica de bloques, no vota mecánicamente contra Moscú, pero tampoco se posiciona como protectora incondicional de Rusia. La abstención argelina durante la votación del 12 de octubre de 2022 en la Asamblea General de la ONU (documentada en el registro oficial) ilustra esta línea.
Pero esta línea tiene un precio en tres niveles:
5.1. En la relación con Europa
Los socios europeos, especialmente aquellos que dependen ahora del gas argelino (Italia, España, y en parte Francia vía GNL), no buscan sólo una fuente energética fiable. También quieren un socio político percibido como alineado con la lectura europea de la seguridad, lectura en la cual Rusia es vista como un factor de inestabilidad. Cuanto más aparezca Argel como demasiado cercana a Moscú, más cautas serán ciertas capitales del norte mediterráneo a la hora de conceder a Argelia un papel político pleno en la gestión del Sahel, las migraciones o la seguridad mediterránea.
5.2. En el Sahel
Tras el retroceso de la influencia militar francesa en Malí, Níger y Burkina Faso, Rusia intenta ocupar el espacio vacío mediante acuerdos de seguridad, apoyos militares directos o indirectos e incluso actores de seguridad no convencionales. Para Argel, el Sahel no es un terreno abstracto: es la prolongación inmediata de su profundidad estratégica y su seguridad nacional. Cuando Rusia avanza en este espacio sin coordinación estrecha con Argel, no actúa como un aliado disciplinado que reconozca la centralidad argelina, sino como una potencia que despliega su propia estrategia de influencia, potencialmente divergente de la visión argelina de la estabilidad regional.
5.3. En el expediente del Sáhara Occidental
Para Argel, el Sáhara Occidental no es un simple expediente diplomático: es un asunto de seguridad nacional, equilibrio regional con Marruecos y legitimidad internacional en torno al principio de autodeterminación. Un “aliado fiable” sería aquel que, en el Consejo de Seguridad, bloquea sistemáticamente cualquier intento de presentar la autonomía bajo soberanía marroquí como “la única opción realista”, y que sostiene sin ambigüedad la lógica del referéndum de autodeterminación.
Sin embargo, Rusia, aunque critica en ocasiones posiciones occidentales favorables a Rabat, no llega siempre a ofrecer a Argel una protección diplomática total y permanente en este expediente, a diferencia del apoyo muy afirmado que Washington ofrece a Marruecos. Este desfase envía un mensaje claro: Moscú no proporciona un paraguas político automático sobre un asunto vital.
Conclusión intermedia: Rusia habla el lenguaje de la soberanía y del rechazo de las injerencias —coherente con la tradición argelina—, pero en los expedientes prioritarios para la seguridad nacional argelina (Sáhara Occidental, Sahel, Libia), actúa ante todo según sus propios intereses, no necesariamente los de Argel.
6. La cuestión central: ¿sigue siendo Rusia un aliado fiable?
Podemos definir un aliado fiable según cuatro funciones concretas. Veamos si Moscú las cumple desde el punto de vista argelino:
6.1. Función militar
Un aliado fiable debe garantizar un suministro continuo de armamento, mantenimiento pesado, piezas críticas, acceso a municiones de precisión y transmisión de saber técnico, incluso en crisis. Según los análisis del SIPRI, Rusia ya no puede garantizar este rol con la regularidad de antes. Argelia, al constatar esta fragilidad, diversifica sus fuentes. Traducción: la fiabilidad militar rusa ha disminuido.
6.2. Función diplomática
Un aliado fiable debe aportar cobertura diplomática en los expedientes existenciales. Para Argel: Sáhara Occidental, control político del Sahel, rechazo a soluciones impuestas en Libia. Moscú no ofrece aún una defensa automática e incondicional, aunque sigue siendo útil para contener ciertas presiones occidentales. Traducción: la fiabilidad diplomática rusa es parcial.
6.3. Función económica y energética
Un aliado fiable debe reforzar el poder económico exterior, no debilitarlo. Argelia ha tomado el lugar dejado vacío por Rusia en la seguridad energética italiana y del sur de Europa. Se ha creado un eje Argel–Roma que combina gas, transición energética, seguridad fronteriza, infraestructuras y telecomunicaciones submarinas.
En claro: Argelia es ahora, para Italia, el proveedor estratégico que sustituye a Moscú.
Eso implica que Argelia y Rusia ya no cooperan en el mercado europeo del gas: compiten.
6.4. Función de imagen y estatus internacional
Un aliado fiable debe mejorar el estatus internacional, no dañarlo. Argelia busca ser percibida como potencia de estabilidad en el Mediterráneo y el Sahel. Una alineación demasiado visible con Moscú perjudicaría su capacidad para transformar su poder energético en influencia política en Bruselas, Roma, Madrid o París. Ser demasiado prorruso es arriesgado.
Balance: en las cuatro funciones (militar, diplomática, energética, reputacional), Rusia ya no cumple plenamente los criterios del aliado fiable.
7. La respuesta argelina: no la ruptura, sino el desacoplamiento controlado
Argelia no busca una ruptura frontal con Rusia. Sería costosa militarmente, simbólicamente e inútil. En cambio, lleva a cabo una estrategia de desacoplamiento controlado, articulada en tres ejes:
7.1. Mantener el canal político con Moscú
Argel sigue presentándose como una potencia soberana no alineada. La abstención de octubre de 2022 lo muestra: Argelia no participa en una cruzada contra Moscú, pero tampoco adopta la guerra rusa como propia.
7.2. Reducir la dependencia militar crítica
La diversificación de proveedores, confirmada por los datos del SIPRI, permite a Argelia dejar de depender de una sola base logística y tecnológica. Moscú sigue siendo un proveedor importante, pero deja de ser el único garante.
7.3. Consolidar un eje estratégico con Italia y, más allá, con Europa del Sur
La relación Argel–Roma es ahora energética, de seguridad, infraestructuras, migraciones, lucha antiterrorista e integración industrial mediterránea. Esto da a Argelia un acceso directo a Europa sin pasar por Moscú. Es un movimiento estructural que refuerza el papel de Argel como potencia mediterránea y sahélica.
8. Conclusión general
El estado actual de la relación Argelia–Rusia puede resumirse así:
- Diplomáticamente, Rusia habla un lenguaje apreciado por Argel, pero no ofrece un apoyo automático en los expedientes existenciales (Sáhara Occidental, Sahel, Libia).
- Energéticamente, Argelia ya no es solidaria con Rusia: es su sustituta en la seguridad energética del sur de Europa, lo que las sitúa en competencia directa.
- Estratégicamente, Argelia quiere ser percibida como un polo de estabilidad en la cuenca mediterránea y el Sahel; una alineación excesiva con Moscú dañaría ese objetivo.
Por ello, Argelia se reposiciona. No rompe con Rusia, pero rechaza quedar atrapada en una relación heredada de dependencia. Construye un eje mediterráneo con Italia y el sur de Europa, afirma que el Sahel es un espacio de seguridad nacional y subraya que el Sáhara Occidental es un asunto estratégico.
Conclusión clara:
- Rusia sigue siendo una carta importante para Argelia.
- Pero ya no es la carta única ni la carta segura.
Argelia actúa como una potencia media consciente de su valor en un entorno estratégico que cambia rápidamente.
Dr. Tewfik Hamel
Profesor-investigador-formador
Fuente : Le Matin d’Algérie, 4 noviembre 2025
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