Tags : Marruecos, Pedro Sanchez, gobierno español, Pegasus, espionaje, Sahara Occidental, chantaje, condecoración de Abdellatif El Hammouchi, Ceuta, Melilla, Canarias,
La reciente imposición en Madrid de la Gran Cruz de la Orden del Mérito de la Guardia Civil al jefe del espionaje marroquí, Abdellatif Hammouchi, no es un acto protocolario ni un formalismo diplomático. Es un gesto político cargado de significado, que deja al descubierto una contradicción grave en la relación entre España y Marruecos.
La condecoración fue concedida en 2019, pero solo ahora, en noviembre de 2025, el Gobierno decide entregarla públicamente. Y lo hace en un momento especialmente delicado: la sombra del espionaje con Pegasus sigue sin disiparse, España depende de Rabat en materia migratoria y el giro sobre el Sáhara Occidental ha colocado a nuestro país en una posición de evidente vulnerabilidad.
¿Por qué entregar esta medalla ahora?
Hammouchi: el núcleo del aparato represivo marroquí
Hammouchi es el hombre que dirige la DGST y la DGSN, las dos estructuras policiales y de inteligencia más poderosas del Estado marroquí. Organismos ampliamente denunciados por torturas, desapariciones, vigilancia masiva, represión en el Sáhara Occidental ocupado, en el Rif y persecución a periodistas y activistas.
Condecorarlo en Madrid supone otorgar legitimidad al corazón del sistema represivo del Makhzen, mientras Marruecos continúa ocupando ilegalmente el Sáhara Occidental y sofocando cualquier disidencia interna.
Pegasus: el elemento que nadie puede ignorar
El caso Pegasus sigue abierto, pero lo esencial ya está confirmado: los teléfonos del presidente del Gobierno, de la ministro de Defensa y del propio ministro del Interior fueron infectados. Y las investigaciones periodísticas apuntan con fuerza a Marruecos.
Que el ministro presuntamente espiado sea el encargado de imponer una medalla al jefe del servicio señalado en estas investigaciones es, por sí mismo, una anomalía política difícil de justificar.
En cualquier otro país, un episodio semejante generaría una crisis diplomática.
En España, produce un acto solemne de homenaje.
Las cesiones acumuladas: una tendencia que se consolida
Desde el cambio político de posición sobre el Sáhara Occidental en 2022, España ha ido eligiendo siempre la vía de la concesión:
⚪silencio frente a la represión del Rif,
⚪dependencia del control migratorio marroquí,
⚪colaboración policial asimétrica,
⚪y aceptación de los marcos narrativos impuestos por Rabat.
La entrega de la medalla a Hammouchi no es un hecho aislado: encaja en una pauta de subordinación creciente.
Ceuta, Melilla, Canarias y las islas: las reivindicaciones de Rabat no son una teoría
Mientras España cede, Marruecos avanza. Y lo hace sin disimulo.
La reivindicación territorial no es un rumor ni una interpretación: está proclamada oficialmente por Mohamed VI.
El discurso del Trono (30 de julio de 2002)
Mohamed VI declaró que:
⚪Ceuta y Melilla eran “ciudades ocupadas”,
⚪que Marruecos tenía “derechos legítimos e imprescriptibles” sobre ellas,
⚪y que las islas Chafarinas, Vélez de la Gomera y Alhucemas eran “territorios usurpados”.
Esta posición nunca ha sido retirada ni matizada. Forma parte de la doctrina oficial del reino.
Mapas oficiales de 2022
La embajada de Marruecos en España publicó un mapa donde Ceuta y Melilla aparecían integradas en Marruecos. No se trató de una filtración: fue un documento institucional.
Aguas de Canarias
Desde 2020, Marruecos ha ampliado unilateralmente su plataforma marítima, incorporando zonas que invaden las aguas de Canarias. Reclaman espacio marítimo… y los recursos que contiene.
⚪Declaración de Mohamed VI en noviembre de 2025
Tras la resolución 2797 de la ONU, el monarca afirmó: “Ha llegado el momento del Marruecos unificado, desde Tánger hasta La Güera, cuyos derechos y fronteras históricas nadie podrá vulnerar.”
En la doctrina alauí, esta frase abarca el Sáhara Occidental, las plazas de soberanía, Ceuta, Melilla y el control del Atlántico frente a Canarias.
La pregunta que España no puede evitar
Mientras Marruecos reivindica territorios españoles, expande sus fronteras marítimas, presiona con la inmigración, reprime al Rif, ocupa el Sáhara y aparece vinculado al espionaje de los más altos cargos del Gobierno…
España entrega una de sus máximas distinciones policiales al jefe de ese mismo aparato.
La ceremonia no fortalece la seguridad nacional, no amplía la influencia española y no protege los intereses estratégicos del país. Lo que hace es transmitir una imagen inequívoca de fragilidad.
¿De qué va realmente todo esto?
Este acto en Madrid es una declaración de prioridades.
Marruecos presiona.
Y España cede.
Marruecos reivindica territorios españoles.
Y España guarda silencio.
Marruecos espía a las más altas autoridades.
Y España entrega medallas.
La cuestión no es ya qué pretende Marruecos. Eso está claro.
La cuestión es:
¿por qué el Gobierno español actúa como si tuviera más miedo que soberanía?
¿Qué se negocia en la sombra?
Y hasta dónde llegará esta dinámica de concesiones?
Mientras no haya respuestas claras, la ceremonia a Hammouchi seguirá simbolizando una verdad incómoda: España parece dispuesta a premiar incluso a quien cuestiona sus fronteras y vulnera su seguridad.
Por Ana Qtella | @anaqtella | https://t.me/anaqtella
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