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Publicado el 17/10/2025 a las 4:40 a.m. GMT
Además de una relación que se mantiene, aunque reducida a un estricto mínimo, entre los servicios de inteligencia exterior de los dos países, las diplomacias francesa y argelina siguen en contacto. Sin embajadores a ambos lados del Mediterráneo, el intercambio se produce en la ONU.
El presidente francés, Emmanuel Macron, no ha renunciado a la relación franco-argelina. Aunque esta rara vez ha sido tan gélida, la diplomacia francesa intenta hacer del tema del Sáhara Occidental —uno de los principales puntos de fricción entre ambos Estados— una oportunidad para mantener y relanzar su comunicación con Argelia.
Si bien el embajador de Francia, Stéphane Romatet, aún no ha regresado a Argel, su colega ante las Naciones Unidas (ONU), Jérôme Bonnafont, se encarga de mantener un canal de diálogo con su homólogo argelino en Nueva York, Amar Bendjama. Este último fue un embajador apreciado en París de 2013 a 2016, aunque dejó el recuerdo de un diplomático duro en los negocios.
Mientras Francia está particularmente activa en apoyar a Marruecos en una revisión de su plan de autonomía sobre el Sáhara Occidental (AI del 14/10/25), sus diplomáticos quieren evitar dar la sensación de que esta evolución se realiza a espaldas de Argel. El representante ante la ONU ha mantenido así regularmente informado al equipo de Amar Bendjama sobre las negociaciones en curso sobre el tema, en coordinación con Stéphane Romatet y el consejero diplomático del Elíseo, Emmanuel Bonne.
Ofrecer garantías
París busca así ofrecer garantías a Argel para que entreabra la puerta en este espinoso asunto, que envenena las relaciones entre los dos vecinos magrebíes desde hace décadas, ya que Argelia apoya las reivindicaciones de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) sobre el territorio en disputa. En particular, y antes de una nueva resolución que está a punto de presentarse el 30 de octubre al Consejo de Seguridad de la ONU, París desea que el texto definitivo, elaborado por el pen holder estadounidense, siga mencionando la consulta de las poblaciones saharauis.
Jérôme Bonnafont, cuyo predecesor Nicolas de Rivière también mantenía cordiales relaciones con Amar Bendjama, ha celebrado reuniones con los diplomáticos argelinos destinados en Nueva York, aunque solo sea en el marco de los intercambios entre miembros del Consejo de Seguridad.
Perturbada por numerosas divergencias, la relación entre la antigua potencia colonial y Argelia se ha visto especialmente alterada por el reconocimiento francés, en 2024, de la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental.
Fuente : Africa Intelligence, 17/10/2025
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