En la edición de ayer del diario belga Le Soir, un despacho informaba de la llegada del Secretario de Estado americano John Kerry a Rabat.
El diario subrayó que Marruecos es un aliado regional con el que la relación tuvo, hace un año, un desgarrón sobre el asunto del Sahara Occidental.
Le Soir añadió que « esta visita tiene lugar a menos de un mes de una nueva votación en el Consejo de Seguridad sobre la misión de la ONU en el Sáhara Occidental (MINURSO ) ».
Dos observaciones muy pertinentes que las autoridades marroquies tratan de ocultar debido a su gravedad.
En efecto, la iniciativa de EE.UU. reveló una gran mentira propagada durante muchos años por la prensa marroqui: segun la cual Marruecos se beneficia, en su guerra contra los saharauis, del apoyo de los Estados Unidos.
Wahsington, al presentar su propuesta de ampliar el mandato de la MINURSO a los derechos humanos, expresaba su apoyo a la Carta y a los principios de descolonización de la ONU. La visita de John Kerry a Argelia, una primicia en la historia de las relaciones entre los dos países refuerza esta posición a favor de una solución basada en la legalidad internacional.
Hoy en día, la campaña anti-francesa llevada a cabo por los responsables y la prensa marroquíes traicionan el temor de un reposicionamiento de Francia en un conflicto cuya longevidad molesta a las potencias internacionales y a la comunidad internacional.
Por ello, Marruecos se encuentra aislado en su obstinación de seguir desafiando el derecho internacional. Una debilidad que se refleja todavía más en la persistencia de reprimir, torturar y encarcelar a los saharauis.